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En Busca De La Primera Cerveza Artesana Española

Escrito por Jesús Olano—Fotos por Varios; España, 05/05/2021 beerbayOU

La frase «España no es un país de cerveza, es un país de vino» aún se oye referida a la poca tradición de elaboración cervecera en España. A pesar de ser la cuna de la cerveza europea—en 2006 se encontraron restos de cerveza elaborada hace alrededor de 6.000 años en la cueva de San Saturní en Begues (Barcelona)—, la romanización convirtió la península ibérica en una zona productora de vino, dejando a un lado las bebidas fermentadas de cereales como la cerveza o el hidromiel. Mucho más tarde, en la época de Carlos V, hubo un intento de traer artesanos cerveceros flamencos, pero su consumo se limitó a la corte, y siguió siendo considerada una bebida de calidad inferior al vino. A partir del Siglo XIX, la cerveza volverá a España cada vez con más fuerza, pero ya de la mano de las cervecerías industriales, con una producción dominada por las lagers.

1. Las primeras referencias escritas

Pero no fue hasta finales de los 1990's que en España se empezó a mencionar el término cerveza artesana. Concretamente la primera referencia de la que tenemos constancia en la prensa es de esta entrevista en El País en diciembre de 1998 con Manu Martín, de la cervecería vasca Euskal, de la cual sólo sabemos que estaba situada en la sidrería Belauntza en Urnieta, y que sacaron una cerveza de trigo de nombre Azkorte. También en 1998, Jose Mari y Jose Ángel Arbelaitz, junto a Miguel Pagola creaban la empresa Euskal Garagardoa, sacando la marca Pagoa, que aún permanece en activo. En 1999 inauguraron un pub, un restaurante y una sala de conciertos con el mismo nombre en Oiartzun (Guipuzcoa), donde sacaron sus primeras cuatro referencias, la Orhi (pilsner), la Bahigorri (red ale), la Zunbeltz (stout), y la Arin (lager). En 2001 encontramos otra brevísima reseña mencionando la cerveza artesana de la también vasca cervecería Bertoko, fundada por Mikel Alberdi, la cual cerraría en ese mismo año.

En su corta existencia Bertoko consiguió sacar al mercado dos referencias, una pale ale llamada La Sue y una lager llamada Leizuri. Su fábrica se ubicaba en Zeanuri (Vizcaya), y gracias préstamos institucionales abrieron con una capacidad de 150.000 L al mes, gastándose casi un millón de euros en instalaciones, lo cual seguramente fue la causa de su pronta bancarrota. A pesar de que estaba a medio camino entre una cervecera artesanal y una industrial, se les puede considerar como los primeros que embotellaron una cerveza artesana en España.

La Leizuri de Bertoko.
La Leizuri de Bertoko.

Paralelamente a estos pioneros vascos de la cerveza artesana, a 2000 Km de allí en las Islas Canarias se abrían otras dos cervecerías artesanas. La primera cerveza de las islas abriría en 1999 con el nombre de Cervezas Viva. En 2001 abriría Cervezas Tacoa, fundada por Teresa Queipo.

2. Alex Schmid y Naturbier

Pero si queremos remontarnos más atrás del 2000, nos encontramos con un vacío. No hay referencias a la cerveza artesana, ya que antes de esa fecha el término no se utilizaba en España, por lo que tenemos que acudir a la memoria de sus protagonistas. Uno de estos pioneros es Alex Schmid, quien estuvo durante años al frente de Naturbier, considerado por muchos el primer brewpub de España. Naturbier abrió sus puertas en 1989 en la plaza de Santa Ana (Madrid), y estuvo en activo hasta 2016.

Al principio hubo bastantes problemas legales—nadie sabía como tratar una fábrica de cerveza artesana en el centro de Madrid.

«Llegué a Naturbier en noviembre de 1990, estando ya abierto. El dueño era un político gallego, Jaime Tejada [natural de Orense]. Luego se jubiló y de sus viajes a Alemania sacó la idea de montar un brewpub. Al principio hubo bastantes problemas legales—nadie sabía como tratar una fábrica de cerveza artesana en el centro de Madrid.» Alex llegó a Naturbier ya como maestro cervecero por la universidad alemana de Weihenstephan «me ofrecieron el trabajo porque la maquinaria era alemana, ya que el primer maestro cervecero era también alemán. Uno de los dueños conocía a un conocido mío, y me ofrecieron irme un año a Madrid. Y al final me quedé casi 25 años».

Alex Schmid, en la sala de elaboración de Naturbier.
Alex Schmid, en la sala de elaboración de Naturbier. (Foto de Alex Schmid)

Los comienzos fueron difíciles, ya que había una total falta de cultura cervecera en esa época «al principio hubo quejas porque la cerveza era turbia—no estaba filtrada. Pero poco a poco la gente fue entendiendo el concepto, y crecimos mucho. Hacíamos dos tipos, una lager dorada y una tostada tipo bock». El fabricar in situ tampoco dejaba mucho margen para la experimentación «teníamos 7 tanques cilindro-cónicos de 30 Hl y 3 de 10 Hl horizontales para los grifos. El problema era que la cerveza lager necesita como mínimo 4-5 semanas entre fermentación y maduración y el consumo a la semana era justo ese en la época fuerte. Así que no hubo mucho espacio para experimentos—aunque los dos últimos años sí que pude experimentar un poco. Pero la gente asidua a Naturbier en general no tenía mucha cultura cervecera.»

Por entonces, la escena cervecera tampoco existía casi como tal «venían algunos chicos que hacían cerveza en casa a pedir material—lúpulo, malta, levadura. Y yo estaba encantado de ayudarles.»

Por entonces, la escena cervecera tampoco existía casi como tal «venían algunos chicos que hacían cerveza en casa a pedir material—lúpulo, malta, levadura. Y yo estaba encantado de ayudarles.» Posteriormente, conocería a muchos de los protagonistas de la primera explosión de la cerveza artesana en España «Fernando de Domus, Quique y Andrew de Dougall's, David de La Cibeles, Jaime de La Vírgen los chicos de Mad Brewing, la gente de Tyris de Valencia...»

Alex también ayudaría en los comienzos de Naparbier «les ayudé con consultoría técnica y les vendí también la maquinaria de segunda mano con la que empezaron. En 1999 había también ayudado a montar dos brewpubs en Bilbao, uno al lado de San Mamés. A Juan lo conocí en Naturbier, y posteriormente, le dije que si quería le podía ayudar a montar su cervecería. Luego montamos juntos Napar Barcelona dónde estuve unos meses. Posteriormente me vine a La Pepa, en Jerez, donde estoy ahora».

3. Imre Ignácz «Ignacio» y Cervecería Kalt

A diferencia de Naturbier, no hay apenas referencias escritas de una fábrica y brewpub situado en Parquesur (Leganés). A través de Alex Schmidt, llegamos hasta Imre Ignácz Ignacio, húngaro afincado en España que trabajó allí. «Javier y Daniel Talavera abrieron una cervecería en Parquesur llamada Kalt. El nombre viene de kaltemberg, ya que en Hungría este tipo de cervecería se llamaban así. Ahí decidieron fabricar su propia cerveza, montando una mini fábrica—de unos 100 metros cuadrados—que compraron en Hungría. Me puse en contacto con ellos cuando ya estaba en marcha, y me contrataron para el mantenimiento, y también porque en la fábrica trabajaban artesanos cerveceros húngaros—venían por meses—de quienes hacía de intérprete.»

Los maestros húngaros venían con la intención de enseñar su oficio y luego marcharse. Pero el español no tenía por entonces ni la menor idea de fabricar cerveza.

La idea inicial era formar algún trabajador local para que pudiese trabajar como maestro cervecero «los maestros húngaros venían con la intención de enseñar su oficio y luego marcharse. Pero el español no tenía por entonces ni la menor idea de fabricar cerveza. Por entonces—hablo del 1991-92—, la cultura cervecera era mínima. La gente entraba y pedía “una cerveza”. Y por lo menos allí podías pedir una cerveza negra, artesana, sin conservantes. En esa época estaba Alex en Naturbier, y nosotros en Kalt.»

En cuanto al tipo de cerveza «hacíamos cerveza de trigo sin filtrar—tipo Franciskaner [estilo Weissbier]—y cerveza negra. No se embotellaba, sólo se podía beber ahí porque sólo se podía beber en frío. Había dos tipos de tanques, los de fermentación, con doble pared por donde circulaba el agua para mantenerla fresca. Y luego cámaras frías para madurar la cerveza.»

Camión de transporte de cerveza Kalt
Camión de transporte de cerveza Kalt. (Foto de Imre Ignácz)

Llegaron a vender 300.000 L de cerveza en un año. Como les iba bien en Parquesur, abrieron otro local en Leganés, otro en Getafe, otro en Torrejón, e incluso una en Algeciras.

El negocio creció en poco tiempo «llegaron a vender 300.000 L de cerveza en un año. Como les iba bien en Parquesur, abrieron otro local en Leganés, otro en Getafe, otro en Torrejón, e incluso una en Algeciras. Llevábamos la cerveza fabricada en Madrid hasta Algeciras en un camión cisterna.» Dado el buen ritmo del negocio, alrededor del año 2000, Heineken consiguió entrar en los establecimientos de Kalt, se desmontó la fábrica de cerveza artesanal propia, y empezaron a despachar Heineken en todos los establecimientos. «En ese momento cambiaron el nombre comercial, y de cervecería Kalt pasaron a llamarse La Fábrica. Vendían Heineken pero dejaron como decoración piezas de la antigua mini fábrica. Por entonces muchos clientes aún seguían creyendo que seguían fabricando su propia cerveza, a pesar de que en el grifo venía ya la marca.»

Alex Schmid, en la sala de elaboración de Naturbier.
Interior de uno de los locales de la fábrica. (Foto de Carlos Milák)

4. Boris de Mesones y Magíster

Otro de los pioneros de la cerveza artesana en España es Boris de Mesones. Boris fue el primer juez español de la World Beer Cup, y actualmente compagina sus labores como consultor en el ámbito cervecero con sus tareas docentes en la Universidad de Alicante.

Boris de Mesones
Boris de Mesones.

Boris dió sus primeros pasos como cervecero al final de la década de los 1990s en la cervecería Magister, que estuvo en actividad desde alrededor de 1999. Según nos cuenta Boris, «un empresario de Jaen, Pepe Moreno Carretero, se propuso montar una planta de fermentación y elaboración de mosto en Granada. Al no permitírsele la elaboración de mosto dentro de la ciudad, pero sí la fermentación montó la elaboración de mosto 8 Km a las afueras de la ciudad, y a su vez un brewpub ya dentro de Granada, al cual traía el mosto, fermentándolo ahí en fermentadores de 500 L. Al intentar abrirlo, le denegaron la licencia con el argumento que 500 L de mosto con un 5% de alcohol son 25 L de alcohol, con lo que podría explotar—tuvieron que aportar un informe diciendo que al ser cerveza el alcohol estaba diluído, por lo que era imposible que explotase.»

Pepe Moreno Consiguió una subvención de la Xunta de Galicia y montó una fábrica de mosto y concentrado de mosto a 73 bricks en As Pontes (Coruña). Allí elaboraba el mosto, lo concentraba hirviéndolo a más de 50º, y lo enviaba al brewpub de Granada.

A pesar de las dificultades iniciales, el negocio fue creciendo «Pepe Moreno consiguió una subvención de la Xunta de Galicia y montó una fábrica de mosto y concentrado de mosto a 73 bricks en As Pontes (Coruña). Allí elaboraba el mosto, lo concentraba hirviéndolo a más de 50º, y lo enviaba al brewpub de Granada.» Un poco por casualidad, habían encontrado un modelo de negocio rentable «se dio cuenta que si sólo elaboraba el mosto concentrado en Galicia y luego se lo iba enviando a otros brewpubs para que lo fermentaran, le salía más barato montar los brewpubs porque sólo necesitaban fermentadores y un sistema de frío. Y los fermentadores iban conectados directamente a los grifos, no hacía falta llenar barriles. Entonces empezó a abrir franquicias y ahí es donde entré yo.»

Uno de los locales de Magíster
Uno de los locales de Magíster.

Abrimos un total de 10 franquicias, y sólo se vendió una, la de Reus, que al principio funcionó bien pero luego no tan bien.

A pesar del un gran crecimiento inicial, el negocio empezó también pronto a desinflarse «el primer local fue el de Granada, y luego llegaron Córdoba, Jaen, Salamanca, Reus, Madrid, Alcorcón y Usera (Madrid). Abrimos un total de 10 franquicias, y sólo se vendió una—la de Reus—, que al principio funcionó bien pero luego no tan bien. En 2002 entró un inversor del Reino Unido, 3i Investments, que pusieron un Gerente General, y un encargado de cada brewpub, un cocinero... Los gastos se dispararon y se hundió el proyecto. Entonces Pepe Moreno decidió comprar el resto de las acciones por 1€, asumiendo él el equivalente a 300 millones de pesetas en deudas. Lo que hizo fue traspasar franquicias para pagar la deuda, quedándose con la que más dinero daba—en la calle Príncipe de Madrid, al lado de la Plaza de Santa Ana. Pero entonces él se fue a México a trabajar en una fábrica de embotellado de bebidas carbonatadas y dejó todo a cargo a su hijo. El negocio no fue bien, y decidieron cerrar, vendiendo todos los equipos a un chatarrero, desapareciendo absolutamente todo.»

5. Olaf Martí y La Cervesera Artesana

Mientras en Madrid la escena cervecera se fue configurando a inicios de los 90 en torno a esfuerzos individuales sin ningún denominador común, la escena catalana tardaría un poco más en surgir, pero sí tendría un denominador común en el nombre de Steve Huxley. Steve fundaría en 1990 la Barcelona Brewing Company, un brewpub situado en el centro de Barcelona. El local elegido fue una antigua chatarrería en el barrio de Gràcia, que reformó con la ayuda de varios amigos, instalando ahí maquinaria cervecera comprada a Alastair Hook, de Meantime Brewery. Esta primera aventura terminaría en 1993, cuando tuvieron que cerrar por culpa de la situación económica del mismo. Ya en 1996, en el mismo local, Olaf Martí abriría el que ahora mismo es el brewpub más antiguo aún en activo de España, La Cervesera Artesana (c/ Sant Agustí 14, Barcelona).

Exterior de La Cervesera Artesana, en Barcelona
Exterior de La Cervesera Artesana, en Barcelona.

Olaf se remonta a los principios de la Barcelona Brewing Company, y como el local pasó a manos de su familia «esto se fundó en el 1990, eran cuatro socios, y por problemas legales la empresa se disolvió, y uno de los socios, Steve Huxley, se quedó como maestro cervecero. Se lo quedó la familia Martí en el 1993, y hasta el 1996 no se pudo legalizar, por lo que en Abril de 2021 hacemos 25 años abiertos.»

La primera IPA artesana que se hizo en España fue la nuestra. De hecho su primer nombre era IPA, ya que era un guiño, decíamos que era una iberian pale ale. Pero digamos que los americanos entendían el chiste, pero los de aquí no lo entendían.

En cuanto a los comienzos de la Cervesera Artesana, Olaf nos habla sobre la considerada por muchos primera cerveza artesana comercializada de España, la Iberian Pale Ale «la primera IPA artesana que se hizo en España fue la nuestra. De hecho su primer nombre era IPA, ya que era un guiño, decíamos que era una iberian pale ale. Pero digamos que los americanos entendían el chiste, pero los de aquí no lo entendían. Es un guiño de alguna forma a los orígenes íberos de la cerveza artesana en Catalunya hace 5.500 años. Embotellábamos ediciones súper limitadas, ya que al ser brewpub, todo lo que elaboramos lo vendemos en sitio, fuera de alguna colaboración puntual con algún restaurante—con Arzak y compañia. A la hora de embotellar, quiero ser honesto, y si bien las primeras fueron mías—fueron 2.000-3.000, y tenía una embotelladora—, no lo exploté de forma masiva. Lo hice de forma discontínua, pero no me dedicaba a vender botellas.»

La Iberian, la primera IPA artesana de España.
La Iberian, la primera IPA artesana de España. (Foto de Olaf Martí)

Los comienzos estuvieron marcados por las recetas de Steve Huxley. «Steve estuvo un año trabajando con nosotros. Fue el que me enseñó y fue el introductor de la cerveza artesana en España. A nivel de números, todo el movimiento de la cerveza artesana se empezó a mover aquí. Y a nivel grande, se empezaron a montar cosas aquí a partir del 2000-2002.» Aparte de la Iberian Pale Ale, La Cervesera también elaboraba otras recetas «al principio hacíamos esa y una stout—la Iberian Stout—, que eran las recetas de Steve. Y a partir de 1998, que se fue Steve, fui ampliando la carta con estilos tradicionales ingleses. Estábamos muy limitados tanto por el cereal como por el lúpulo disponibles. Conseguir cualquier ingrediente era una película. La levadura eran cepas irlandesas que nos enviaban desde allí en termos. Y teníamos que cultivar la levadura cada 15-20 días, o sino se estropeaba. A nivel de importación de lúpulo, a mi me han retenido un pedido en aduanas durante dos meses al sol por ser un derivado cannábico. Lúpulo que compraba directamente de EE.UU.»

Conseguir cualquier ingrediente era una película. La levadura eran cepas irlandesas que nos enviaban desde allí en termos. Y teníamos que cultivar la levadura cada 15-20 días, o sino se estropeaba.

A diferencia de Madrid, en Barcelona sí se fue cohesionando desde el principio, aunque de forma lenta, una incipiente escena cervecera artesana «el primero que estuvo embotellando en serio fue Alex, el de Glops, y luego apareció el de Agullóns y luego fueron apareciendo como setas. Pero piensa que en el 1996, cuando empezamos a hacer las recetas, no había internet. Era todo prueba y error, método científico. Los primeros 5-6 años estábamos nosotros y Álex de Glops, y luego fue cuando ya apareció Cervesera del Montseny

6. Josep Molist y Glops

El nombre de Glops tuvo una gran importancia en los inicios de la escena artesana catalana. Por un lado, surgió Llúpols i Llevats, fundada por Álex Padrón en Hospitalet en 2005, que fue la primera cervecera artesana española que salió al mercado de forma constante con cerveza embotellada bajo la marca Glops. Por el otro, Josep Molist abría las puertas de la Cerveseria Glops (Carrer d'en Roig, 6 Vilassar de Mar). A pesar de la coincidencia, las dos empresas no tenían que ver entre sí más que su pasión por la cerveza artesana «hace 15 años, cuando empecé yo, estaba la fábrica de cerveza Glops, que llevaba Álex. Coincidimos con el nombre, y nos conocimos.»

Marc tras la barra de Cerveseria Glops.
Marc tras la barra de Cerveseria Glops.

En el bar tengo una foto colgada de Steve Huxley, éramos amigos íntimos. Cuando yo abrí, prácticamente vivía en la cervecería.

Su brewpub fue una de las siguientes paradas de Steve Huxley en su contribución a la escena cervecera artesana. «En el bar tengo una foto colgada de Steve Huxley, éramos amigos íntimos. Cuando yo abrí, prácticamente vivía en la cervecería. Con él aprendí un montón—hicimos muchas catas, la primera en Glops en 2007. Steve Huxley fue el pionero de la cerveza artesana, él trajo todo este mundillo. Él había escrito un libro—Poesía Líquida—, y una de las presentaciones la hizo aquí en el Glops. En el libro explica cómo hacer cerveza artesana, a su manera. Hicimos la presentación y además un curso de elaboración de cerveza. Luego yo iba con él a Barcelona a hacer catas—yo era el lavavasos, y aparte aprendía un montón de lo que explicaba.»

Foto de Steve Huxley, presidiendo la Cerveseria Glops.
Foto de Steve Huxley, presidiendo la Cerveseria Glops.

«Cuando abrimos no hacíamos nuestra propia cerveza, ya que por entonces no había lo que hay ahora. Habíamos hecho algún experimento casero con Steve—la Clandestina, una pale ale. Y aprendíamos los principios de cerveza, los mostos, maltas, lúpulos. Esta pale ale Steve la hizo posteriormente en Mediona con Carlos. Steve fue también colaborador de las primeras cervezas de Montseny, con Pablo Vijande, que era también muy amigo suyo. En Barcelona también estuvo con Guineu. Steve ayudaba un montón a todo el mundo, muchas veces sin cobrar, lo hacía por pasión. Y era muy querido.»

7. Carlos Rodriguez y Ales Agullóns

Otro de los pioneros de la escena Catalana fue Carlos Rodríguez, que junto a su mujer Monste Virgili, siguen en activo con su marca Ales Agullóns. A ellos debemos el primer festival de cerveza de España—el Festival de Mediona, que también sigue celebrándose. «Al mercado salimos legalmente a finales de 2008. Nosotros empezamos a hacer cerveza sobre el 1998 y ya todo grano sobre el 2000, primero con una maquinaria de 20 L y luego ya con una de 50L. En 2005 compramos lo que es nuestra fábrica actual. Nuestra primera cerveza fue la Bruno, y después la Runa y la Dalmoru. Empezamos vendiendo bajo barra a conocidos que tenían bares y la querían tener. Era un circuito cerrado.»

La Bruno, primera cerveza de Ales Agullóns.
La Bruno, primera cerveza de Ales Agullóns.

Steve nos inculcó siempre el respeto hacia la cerveza, más una filosofía que una parte técnica en la elaboración.

Su nexo inicial con la escena catalana fue, entre otros, una vez más a través de Steve Huxley, y la asociación Húmulus Lúpulus, fundada en 1997 por Steve y otros entusiastas de la cerveza artesana. «A Steve lo conocimos porque había una asociación que se llamaba Húmulus Lúpulus, de la que él fue uno de los fundadores. Era un local a puerta cerrada, sólo para socios y sólo había cerveza—había cervezas belgas y otras que no se veían demasiado por aquí. Al lado mismo había un bar, qué fue donde se gestó todo, que se llamaba el Jazz. Cuando yo llegué—hacia 2001—ya había pasado mucha gente ya por allí. Era una asociación por la cultura cervecera. Ahí se gestó una relación entre nosotros, con mi familia, y en casa ha sido uno más. Steve te daba consejos, cuando tenías un problema le llamabas a él para solucionar y aprender. Luego las recetas siempre han sido nuestras. Steve nos inculcó siempre el respeto hacia la cerveza, más una filosofía que una parte técnica en la elaboración. Dicho eso, muchas veces sí que nos echó una mano, tanto él como otras personas.» Ahí también coincidiría con Álex Padrón «Glops empezaron a hacer cerveza en una casa okupa llamada Kan Kadena, y él también estaba dentro de la asociación Húmulus Lúpulus. Ellos salieron al mercado en 2005.»

Carlos Rodríguez, primera cerveza de Ales Agullóns.
Carlos Rodríguez de Ales Agullóns.

Mi primer contacto con las cervezas de fermentación espontánea fue un poco decir esto no me gusta!.

Carlos también fue pionero en la introducción de las cervezas lámbicas y de fermentación espontánea en España. «Fue a partir de un viaje, a través de los chicos de La Cerveteca—Guillém Laporta y Rubén Río—, que fueron el primer bar que se puso en serio con las lámbicas. Unos chicos que habían venido de una cervecería en Bruselas—Brasserie de la Senne—me invitaron a un festival allí, así que hicimos un viaje en 2006. Mi primer contacto con las cervezas de fermentación espontánea fue un poco decir esto no me gusta!. Nos habíamos gastado 40€ en una botella entre unos cuantos antes del festival, y ellos simplemente se reían, era lo normal, veníamos de otro mundo. Ahí conocimos a Jan de Cantillon y Armand de Velde de 3 Fonteinen

Aún quedaba un pequeño empujón para que Carlos se sumergiese en el mundo de las lámbicas. «Dos años después, Armand me invitó a una lámbica de 10 años de 3 Fonteinen, y ahí fue cuando empecé a comprender un poco lo que había detrás de todo eso.» Fue a partir de ahí cuando Ales Agullóns empezó a experimentar con la fermentación. «Por consejo de Bernard de Brasserie de La Senne empezamos a hacer cervezas de fermentación mixta. Él sabía que teníamos una bodega donde se había elaborado vino—nosotros vivimos en una masía. Hicimos una pale ale—la Pura Pale Ale—y le añadimos 10 L de Cantillon. Ahora desde hace unos años sí que estamos haciendo fermentación espontánea, aunque no le podemos llamar Lámbica—es una denominación de origen de allí, con las levaduras que hay allí. Hacemos por un lado un blend, la Setembre, 6 barricas que se blendean de 3 en 3. Y aparte hacemos una base sin lámbica jóven. Y por otro lado las otras, que no llevan las levaduras de la lámbica.»

Masía de Ales Agullóns.
Masía de Ales Agullóns.

En Mediona, localidad donde se ubica la masía Ales Agullóns, Carlos inició en 2005 el primer festival de cerveza artesana de España, la Mostra de Cervesa Artesana de Mediona, que se ha venido celebrando desde entonces de forma anual. «Queríamos hacer una pequeña muestra de cerveza artesana con varias cervecerías aquí en casa—vivimos en una masía a las afueras del pueblo. El ayuntamiento [de Mediona], al comentarlo, nos propuso hacerlo en el pueblo, ya que era una ocasión para promocionarlo. El trabajo con los cerveceros lo llevamos nosotros y prácticamente toda la infraestructura se encarga el ayuntamiento. El año pasado éramos unas 70 cervecerías—y podíamos ser muchas más—, pero la razón no es ser la feria más grande, sino ser una feria a la que los cerveceros les guste venir. Es una fiesta que disfruta todo el mundo, porque el que está vendiendo también está de fiesta. Es un reencuentro anual, la gente ya tiene relación de años entre sí, y se crea un ambiente muy majo.»

Cuando lo organizamos por primera vez, me parece que sólo había tres cervecerías legalizadas—Glops, Guineu y Montseny. Los demás éramos todos homebrewers.

Desde el principio, el festival de Mediona fue un nexo de encuentro de la incipiente escena cervecera artesana. «Siempre hemos apostado más por las cervezas nacionales que por las extranjeras. Siempre invitamos a algun conocido de fuera—aunque el año que más cerveceras ha habido de fuera del país han sido 3. Cuando lo organizamos por primera vez, me parece que sólo había tres cervecerías legalizadas—Glops, Guineu y Montseny. Los demás éramos todos homebrewers

Cartel del festival de Mediona.
Cartel del festival de Mediona (2016).

2020 obligó a un pequeño cambio de formato y el festival se celebró online, lo cual que se repetirá en 2021. «Este año se va a celebrar igual que el año pasado. Siempre se ha celebrado el segundo sábado de junio. El año pasado se tuvo que hacer de otra manera por la pandemia. La idea era que tu pudieses ir a dónde te quedase más cerca—tu bar o tu tienda de costumbre—y ahí se montaba un espacio para que la gente no se olvidase que había que celebrar. Incluso hay gente que lo celebró en su casa. Y este año será igual.» En 2022, cuando esperemos que el festival vuelva a su formato original, habrá en España más de 500 cerveceros artesanos—521 en abril de 2020—con un volumen de producción de 275.000 HL y un valor estimado de 73 millones de €, siendo aún Cataluña la región con una escena más numerosa—el 21% del total de productores de España. Todo en parte gracias al impulso de unos pocos pioneros que empezaron a hacer de España también una tierra de cerveza.

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