ArtBeerFest: Pasado y Futuro

Situada en plena desembocadura del Miño, Caminha es una pequeña ciudad portuguesa de 2.500 habitantes que cada verano desde 2013 se vuelve el centro del mundo cervecero gracias a su festival—uno de los más reconocibles de toda Europa. El año pasado pandemia que paró el mundo también supuso una pausa para el ArtBeerFest de Caminha, pero Octavio Costa—su organizador y alma máter—no quería dejar que pasara otro año en blanco.

A pesar de las restricciones sanitarias, Octavio consiguió reunir a 22 de los mejores cerveceros portugueses e internacionales. El formato del festival cambió ligeramente al pasar del casco histórico de Caminha al parque 25 de Abril, y con un aforo limitado a 400 personas al día. Afortunadamente, la edición fue un éxito y Octavio pudo compartir un poco de la historia y de los planes de futuro del festival.

Háblanos un poco de los origenes, ¿cómo surgió el ArtBeerFest?

Decidimos lanzar una propuesta de lo que iba a ser la next big thing.

Octavio: Nuestra empresa tenía como core business la organización de eventos—enológicos, gastrónomicos—, por ejemplo organizamos Expo Shangai 2010 para el estado portugués. Esto hacía que viajásemos mucho, y en estos viajes fuimos entrando en contacto con el mundo de la cerveza artesana. En Portugal también había mucho potencial, pero cuando volvíamos de nuestros viajes, veíamos que no había nada. Llegado un punto, decidimos lanzar una propuesta diferente—estábamos hartos de las mismas ferias medievales de siempre. Decidimos lanzar una propuesta de lo que iba a ser la next big thing, algo aún por venir—lo cuál también significaba riesgos. Tuvimos la suerte que el ayuntamiento de Caminha entendió lo que íbamos a hacer.

¿Por qué Caminha?

Octavio: En el distrito de Alto Miño portugués, la única zona que no hace vino es Caminha. Y es una zona cosmopolita, con turismo, sol y cerveza. La Câmara Municipal de Caminha nos ayudó y montó con nosotros el festival. Y para sorpresa nuestra—y de la Cámara, ese año en 4 días asistieron 20.000 personas. Cuando aún no había apenas cerveza artesana en Portugal—tuvimos 14 marcas internacionales y 4 portuguesas.

Cuando abrimos el Jornal de Noticias el lunes siguiente, la portada decía «Caminha, la meca de la cerveza artesana».

El lunes siguiente abrimos el Jornal de Noticias, con una portada que decía «Caminha, la meca de la cerveza artesana». Cuando vimos esa portada comprendimos que teníamos algo entre manos, y que este era el camino. Y desde ahí, el ArtBeerFest de Caminha siempre ha evolucionado, siempre ha progresado. Al mismo tiempo, nosotros hemos ido recogiendo los frutos. Abrimos el PortBeerFest en Porto, el AlamedaBeerFest en Faro. Todo esto ha ido creciendo a partir de una pequeña broma que queríamos hacer en Caminha.

También hubo una edición con el nombre de ArtBeerFest que se celebró en Vigo. Por qué no le quisisteis dar continuidad?

Octavio: Fuera de Caminha, con el nombre de ArtBeerFest sólo lo hicimos en Vigo, y fue un tremendo error.

Por qué creeis que fue un error?

Octavio: Primero por nuestra inexperiencia. No resultó, pero para nosotros fue un aprendizaje. A partir de entonces, nunca más hicimos ArtBeerFest en ningún otro lugar que no fuese Caminha—en Porto le llamamos PortBeerFest, y en Faro AlamedaBeerFest. Cada uno de ellos tienen un carácter diferente.

Qué distingue al PortBeerFest o al AlamedaBeerFest?

Octavio: En el PortBeerFest notas que estás en una ciudad. El público es mucho más joven y más atrevido. El local es emblemático—Largo de Alfândega. Y tiene un valor cinco veces superior al ArtBeerFest de Caminha, tanto en rentabilidad como en costes. En Porto non tenemos ayuda de nadie, mientras en Caminha tenemos una gran ayuda del ayuntamiento.

En cuanto al AlamedaBeerFest de Faro, hay muchos extranjeros, mucho turismo. Ahora mismo en el Algarve hay 18 productores de cerveza.

Es muy importante traer a gente que sabe, que tiene conocimiento. «Lleva y trae.»

También llegasteis a hacer una serie de acciones promocionales en Brasil.

Octavio: En Brasil y también en otros países. Comprendimos que a pesar del mercado local, la cerveza artesana portuguesa progresaba con pasos cortos, por lo que creímos que había que llevarla a otros países. Lo hicimos por medio de cervezas colaborativas y de la participación de cervezas portuguesas en festivales internacionales. Tuvimos financiación por parte de Bruselas para llevar las cervezas portuguesas a Brasil y a otros festivales en Europa y también a Taiwán. Eso fue un shock, una terapia de choque para muchas cerveceras. Por ejemplo Letra, pensaban sobre todo en su pueblo, su ciudad, su región, su territorio. Ese momento fue clave para cambiar la mentalidad y ayudar a pensar de otra manera. Darse cuenta que es posible llegar al nivel de las cervezas que hacen en EE.UU. Al mismo tiempo que nos íbamos a mostrar, conocíamos gente a la que luego traíamos a Portugal. Es muy importante traer a gente que sabe, que tiene conocimiento. «Lleva y trae.»

Uno de esos grandes cerveceros internacionales con una relación especial con el ArtBeerFest es Mikkeller, que estuvo ya en la edición del ArtBeerFest 2015. Cómo lo convencisteis para venir?

Octavio: Mikkel es una persona muy reservada, hasta puede parecer distante. Un día le dijimos que estábamos de viaje a Copenhague y que queríamos hablar con él. Que íbamos ahí sólo con ese prepósito. La idea que le transmitimos es que queríamos que él viniese a Caminha, pero no para poder decir que él estaba ahí, y que dijera que él era el rey. Sino para que viniese a comprobar en qué estado estaba la cerveza portuguesa, dar un impulso a la escena, y también en términos de marca, para catapultarnos a otro nivel. Sobre todo de comunicación. Hizo un post en el que iba corriendo por el monte con los brazos abiertos y Caminha de fondo en el que escribió «detrás de mi está el Artbeerfest Caminha», y eso en nuestras redes sociales tuvo un impacto exponencial.

Mikkel fue el catalizador de muchas cosas para nosotros, y al mismo tiempo fue el catalizador de una amistad.

Mikkel fue el catalizador de muchas cosas para nosotros, y al mismo tiempo fue el catalizador de una amistad, fueron muy bien tratados, y nosotros fuimos también muy bien tratados cuando fuimos a Copenhague. Hay una relación muy grande y hablamos a diario.

Por qué creeis que surgió esa conexión tan especial con Caminha?

Octavio: Mikkel no es un danés típico. Lo es en la forma de estar habitual, pero después cuando se tiene confianza con él tiene una gran cercanía. Mikkel fue la primera persona que este año me dijo «el ArtBeerFest tiene que celebrarse este año, ya que no se celebró el año pasado y ningún evento aguanta dos años sin celebrarse». «Tienes que hacer cualquier cosa, aunque sea una fiesta en tu casa y llamarle ArtBeerFest. Si nos necesitas, allí vamos. Si necesitas cerveza te la regalamos»—nos enviaron 3 pallets de cerveza. Y eso sólo lo puede hacer una persona que se siente cómoda. De ahí viajamos a todo el mundo, para hacer festivales en Boston, en Tokio...

Caminha siempre ha tenido una gran representación de cerveceras nórdicas—To Øl, Lervig, Brewski. Fue todo gracias a Mikkeller?

Octavio: Obviamente, Mikkel nos abrió muchas puertas, pero no obliga a nadie a venir. Nosotros fuimos también ganando mucho protagonismo por el camino. Alcanzamos una notoriedad que nunca esperamos, pero trabajamos mucho para lograrla.

Una de las personas más importantes de la cerveza en europa dijo que hay 20 personas importantes en el mundo de la cerveza europea, y nos incluyó a nosotros entre ellas.

El otro día una de las personas más importantes de la cerveza en europa—de la organización del London Craft Beer Festival—dijo que hay 20 personas importantes en el mundo de la cerveza europea, y nos incluyó a nosotros entre ellas. Con esa lista querían reconocer a personas que hacen que la cerveza sea más que un producto comercial, que sea amistad, colaboración, lealtad. Siempre hacemos las cosas de cerveza con gente de cerveza. Obviamente está el negocio, este año no existió. Pero siempre hemos sido muy cordiales con todas las personas participantes.

Fue un sentimiento muy importante para nosotros, percibir que la gente comienza a amar algo que se llama ArtBeerFest.

La pasada edición de 2019 incorporó una novedad—las naciones invitadas—, mientras que esta edición, de 2021, obviamente en condiciones especiales, la gran novedad fue el e-artbeerfest. ¿Van a tener continuidad en futuras ediciones? ¿Qué otros planes de futuro teneis?

Octavio: Nosotros no somos muy de crear modelos. Somos más espontáneos—de crear oportunidades. Hay una sección que se llama Beer Without Borders—que es un poco... contra el Brexit. Entonces quisimos tener un momento político y crear la Scottish Corner, para dar fuerza a la gente de todo el mundo que quiere tener cerveza—y no quiere tener fronteras. Para el año que viene vamos a tener el French Kiss—vamos a invitar a los franceses, que son una de las grandes potencias que están creando buenas cervezas en este momento. Ya tuvimos a Brasil como país invitado en 2015. Pero no tenemos un modelo que vayamos a hacer todos los años. Si nos apetece lo hacemos, sino no lo hacemos.

En cuanto al e-artbeerfest, el día que nos cogió la pandemia y pensamos «¿qué vamos a hacer, si nuestro negocio es juntar personas?». Por lo tanto lanzamos una caja, que el año pasado tuvo un éxito tremendo, y este año un éxito brutal con dos cajas. Fue una forma de mantener viva la marca. Tuvimos el pack internacional, en el que las cerveceras extranjeras redujeron mucho sus márgenes por los costes de aduana, y el nacional. El pack nacional se agotó a las dos semanas, lo que nos sorprendió también muy positivamente. Fue un sentimiento muy importante para nosotros, percibir que la gente comienza a amar algo que se llama ArtBeerFest.